

Hadas, duendes, gnomos, sílfides y duendecillos, especies del reino encantado, comienzan a obrar maravillas desde el día en que se conmemora el festival del Medio Verano (alrededor del 21 de junio) hasta el primero de agosto, fecha en la que se celebra Lugnasadah, el festival solar que marca la temporada en que se recogen las cosechas.

Entre millares y legiones de hadas existe una en especial que es considerada como la reina de todas ellas, su nombre es “Titania” considerada una de las musas del gran William Shakespeare. Titania cuenta con una extensa cantidad de mitos, siempre se le representó como la guardiana de príncipes medievales y en esencia y virtud, una de las colaboradoras más cercanas de Eros. Se cree que Titania viene anunciando la entrada de Apolo en su trono y hace un fugaz recorrido en el hemisferio norte entre el 26 de junio y el 26 de julio. En algunas naciones europeas se acostumbra ofrendar en los jardines de las casas, un ramo de flores silvestres recogidas en el campo, esto se hace con el fin de darle la bienvenida a Titania y pedir de ella un favor. Titania brinda su auxilio en casos de melancolía, enfermedad, sueños inalcanzables y desasosiego familiar; aunque sus designios principales son aquellos relacionados al encuentro del amor verdadero.

Muchos hombres de ciencia han acudido a Titania para pedir de ella un favor, entre ellos se cuenta la anécdota del alemán William Herschel, uno de los astrónomos más renombrados e influyentes del siglo xviii. Herschel soñaba con ser reconocido en su medio y como todo científico quería hacer su aporte a la ciencia que tanto le apasionaba. Después de varios años de una exhaustiva investigación, el astrónomo descubrió en 1787 la luna más grande del planeta Urano a la que bautizó con el nombre de Titania. En eventos y conferencias que sucedieron después de éste y otros grandes descubrimientos hechos por él, siempre mencionó a Titania como su guía espiritual y como la procuradora de su sueño más anhelado.
(Parte del artículo publicado en el The Llewellyn Journal por Mario Jimenez Castillo)


Un beso ¿Vamos?....


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